viernes, 19 de junio de 2020

Matrimonio por Conveniencia

Imagen: © Ben White.

Es evidente que el templo abandonado amenaza ruinas. Han transcurrido incontables primaveras desde aquel día en que un trozo de cúpula se desprendió y aplastó a Fer, el novio, mientras esperaba en pleno presbiterio a la hermosísima Luz, su prometida.

Muchos asistentes a la ceremonia, incluidos el párroco y la propia novia, huyeron en el instante del desastre. Unos pocos invitados permanecieron inmóviles, presos del pánico. Solo ellos presenciaron cómo, de la enorme pila de escombros, se incorporaba una figura imponente y polvorienta, con unos cuernos incandescentes que sobresalían de su frente y una larga cola que se retorcía en todas direcciones, asemejando a una víbora furiosa.

Recitaba vocablos inaudibles, en una lengua arcaica. Libre de la prisión, se apresuró a ingresar en el primer confesionario que encontró en su camino, evaporándose en el interior del mismo.

El rumor de lo sucedido se esparció con rapidez por las calles del pueblo y ningún fiel quiso acudir, desde entonces, a aquella iglesia infernal. En los espaldares de las bancas de madera deterioradas por la intemperie, aún hoy es posible apreciar algunas viejas cintas de seda con llamativas inscripciones metálicas anunciando la unión de Luz y Fer.